La historia de los apellidos judíos sefardíes está íntimamente ligada a la rica y compleja historia de la comunidad judía en la Península Ibérica. Antes de la expulsión en 1492, los judíos en España y Portugal tenían una presencia significativa en la sociedad, contribuyendo a las ciencias, las artes, el comercio y la cultura. Sin embargo, la expulsión de los judíos bajo el mandato de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, marcó un cambio drástico en la vida de estas comunidades. Los judíos que no se convirtieron al cristianismo fueron expulsados, y aquellos que sí lo hicieron, conocidos como conversos o marranos, a menudo adoptaron apellidos cristianos para ocultar su ascendencia.
Este artículo explora algunos de los apellidos más comunes entre los judíos sefardíes y su relación con la diáspora judía que siguió a la expulsión de 1492. También analizamos cómo los sefardíes han logrado mantener su identidad a través de sus apellidos.
Origen de los Apellidos Sefardíes
Los sefardíes, término que proviene de la palabra «Sefarad», el nombre hebreo para España, comenzaron a adoptar apellidos fijos incluso antes de la expulsión, algo que fue más temprano en comparación con los judíos ashkenazíes en Europa Central y Oriental. Muchos de estos apellidos sefardíes reflejaban topónimos (lugares de origen), profesiones, o incluso características físicas.
1. Apellidos Geográficos
Uno de los patrones más comunes en los apellidos sefardíes es el topónimo, es decir, apellidos derivados de ciudades o regiones de España y Portugal de donde provenían las familias. Algunos ejemplos destacados incluyen:
- Toledano: Indica procedencia de la ciudad de Toledo.
- Zaragoza: De la ciudad de Zaragoza.
- Sevilla: De la ciudad de Sevilla.
Estos apellidos geográficos ayudaban a identificar a las familias y su lugar de origen, especialmente después de la diáspora que siguió a la expulsión. La adopción de apellidos basados en lugares es particularmente importante porque ayudó a los judíos sefardíes a mantener un sentido de pertenencia y conexión con la tierra que tuvieron que abandonar.
2. Apellidos Religiosos y Bíblicos
Al igual que en otras comunidades judías, los sefardíes también adoptaron apellidos basados en nombres bíblicos y linajes sacerdotales. Algunos apellidos sefardíes comunes incluyen:
- Cohen: Apellido que señala descendencia del sacerdocio judío.
- Levi: Apellido que identifica a los descendientes de la tribu de Leví, los encargados del servicio en el templo.
- Abravanel o Abarbanel: Un apellido sefardí ilustre, que proviene de la familia de Don Isaac Abravanel, un influyente líder judío que intentó negociar con los Reyes Católicos para evitar la expulsión.
3. Apellidos Basados en Profesiones
Otra categoría significativa son los apellidos ocupacionales, que reflejan la profesión de la familia. Entre los sefardíes, los apellidos relacionados con ocupaciones eran comunes. Ejemplos incluyen:
- Herrero: Significa «forjador de metales» en español.
- Molinaro o Molino: Relacionado con la molienda de trigo.
- Zapatero: Referente a la fabricación de zapatos.
4. Conversos y Apellidos Cristianos
La expulsión de los judíos en 1492 obligó a muchos a convertirse al cristianismo para evitar el exilio, adoptando el nombre de conversos. Aquellos que se convirtieron, a menudo, tomaron apellidos cristianos para ocultar su origen judío. Apellidos como Pérez, García, Martínez, y López se convirtieron en comunes entre los conversos.
Sin embargo, en muchos casos, las familias sefardíes conservaron referencias sutiles a su herencia judía en sus apellidos. Un ejemplo conocido es el apellido Santa María, utilizado por muchos conversos como una forma de integrarse en la sociedad cristiana, aunque algunos mantuvieron costumbres judías en secreto.
La Diáspora Sefardí y la Preservación de los Apellidos
Después de la expulsión, los sefardíes se dispersaron por todo el Mediterráneo y más allá, estableciendo comunidades en lugares como el Imperio Otomano, Marruecos, Italia, Grecia, América Latina y los Países Bajos. Durante esta diáspora, los apellidos sefardíes se adaptaron a los idiomas locales y los contextos culturales de sus nuevos hogares, pero en muchos casos, lograron preservar su estructura original.
Por ejemplo, en el Imperio Otomano, los sefardíes conservaron sus apellidos españoles, aunque adaptados a las pronunciaciones locales. En América Latina, los sefardíes que llegaron con los exploradores y colonos españoles también lograron preservar algunos de sus apellidos originales, mientras que otros se vieron transformados por los cambios culturales y políticos en las Américas.
Apellidos Sefardíes Hoy
Hoy en día, los apellidos sefardíes siguen siendo un vínculo crucial con la identidad judía y la herencia ibérica. Muchos descendientes de judíos sefardíes que fueron forzados a dejar España y Portugal aún llevan estos apellidos y, en muchos casos, buscan reconectar con su pasado.
Además, en los últimos años, tanto España como Portugal han aprobado leyes que permiten a los descendientes de judíos sefardíes solicitar la ciudadanía de sus países de origen. Esta medida ha generado un renovado interés en el estudio y la preservación de los apellidos sefardíes como parte de la historia de la comunidad.
Conclusión
Los apellidos judíos sefardíes son una parte vital del legado y la identidad de los judíos que vivieron en la Península Ibérica antes de la expulsión de 1492. A través de topónimos, profesiones y nombres bíblicos, los sefardíes lograron preservar su herencia cultural y religiosa a lo largo de los siglos, incluso en medio de la persecución y el exilio. Hoy, estos apellidos siguen sirviendo como un vínculo importante entre los sefardíes modernos y su rica historia.
Fuentes:
- «Sephardic Genealogy: Discovering Your Sephardic Ancestors and Their World» – Jeffrey Malka.
- Beider, Alexander. «A Dictionary of Jewish Surnames from the Kingdom of Poland».
- JewishGen.org – Base de datos genealógica sobre apellidos judíos.
- Chabad.org – Recursos sobre historia y cultura judía.